Praga es la capital de la República Checa, tal y como recoge la Constitución del país. Antes fue capital del Reino de Bohemia y de Checoslovaquia. También es la capital de la región de Bohemia.
Situada a orillas del río Moldava, tiene aproximadamente 1,2 millones de habitantes, lo que la convierte en la ciudad más poblada del país y la séptima de Europa Central. El área metropolitana de Praga cuenta con una población de 1,9 millones de habitantes.
Desde 1992 el casco histórico de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad. Su belleza y patrimonio histórico la convierten en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.
Praga se ha desarrollado desde el siglo IX, convirtiéndose en una de las capitales más importantes de Europa en los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, en el siglo XX sufrió las dos guerras mundiales y, principalmente, la dictadura nazi. Tras la segunda guerra, quedó dentro de la esfera de influencia soviética. Tras la Revolución de terciopelo y la caída del Muro de Berlín la ciudad se ha ido adaptando a la economía de mercado.
Por sus características Praga es considerada como una ciudad global de «clase Beta+», a la altura de Roma, Atenas o Berlín.